¿Cómo va a afectar la prohibición de fumar a los vapeadores?

A lo largo del mes de agosto, los casos de infección por coronavirus se han disparado, llegando a multiplicarse por diez con respecto a los casos que se producían a principios del mes de junio. Esto ha llevado a las distintas administraciones públicas a ir tomando medidas restrictivas según los casos han ido aumentando. Una de las medidas más controvertidas es la proscripción del tabaco en espacios públicos cuando no exista la distancia mínima de seguridad de dos metros.

La comunidad autónoma de Galicia fue la primera que impulsó esta medida el pasado 12 de agosto. Posteriormente, el Ministerio de Sanidad concertó con el resto de autonomías una serie de disposiciones que van en la misma línea de controlar el ascenso de las infecciones por la COVID-19.

Entre las normas que se acordaron estaba la interdicción de fumar en la calle y demás espacios públicos si no se pueden mantener dos metros de distancia como mínimo. Esta restricción afecta tanto al tabaco en cualquiera de sus modalidades (cigarrillos, puros o pipas) como a los cigarrillos electrónicos. En Baleares, los fumadores no podrán fumar en ningún espacio público, ni siquiera habiendo distancia de seguridad con respecto a otras personas.

Fueron numerosas las comunidades autónomas que no tardaron en poner en marcha esta medida, como Cataluña, Extremadura o Castilla y León, entre otras. En el caso de esta última, se ha señalado que la prohibición de fumar está implícita desde el momento en que se hizo obligatorio el uso de mascarilla, permitiéndose solo prescindir de ella cuando se proceda a comer o a beber.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid publicó una orden el pasado 19 de agosto en la que establecía la prohibición de fumar en espacios públicos si no podían respetarse los dos metros de seguridad, la cual no ha entrado aún en vigor puesto que no fue ratificada por el juzgado número 14 de lo contencioso-administrativo de Madrid, aunque el titular de dicho juzgado ha manifestado que no anuló la orden y que, por tanto, esta sigue en vigor.

Varios estudios han puesto de manifiesto que el acto de fumar puede contribuir a la transmisión del virus, de ahí la necesidad de que exista siempre una distancia mínima entre el fumador y el resto de personas que estén alrededor suyo. No obstante, también hay especialistas que dudan de que el humo del tabaco o los cigarrillos electrónicos sean un vector de transmisión del coronavirus.

Respecto a los vapeadores, algunos de ellos intercambian o han intercambiado en alguna ocasión tanto sus cigarrillos electrónicos como determinadas piezas. Esta costumbre sí puede ser perjudicial, puesto que puede favorecer la propagación del virus si los cigarrillos o sus piezas no se han desinfectado a la perfección previamente. Los usuarios de estos artilugios deben ser conscientes de que ahora no pueden llevar a cabo este intercambio tan alegremente.

Así pues, tanto los consumidores de tabaco tradicional como los de cigarrillos electrónicos no van a poder fumar en espacios públicos, incluidas terrazas de bares o restaurantes, cuando no existan dos metros de distancia como mínimo.

Estas restricciones no distinguen entre fumadores de tabaco y vapeadores y, por esta razón, tendrían que levantarse de la mesa y retirarse a lugares en los que se encuentren solos y no tengan nadie alrededor. Como se ha indicado, en el caso de Baleares, los fumadores y vapeadores no van a poder fumar ni en terrazas ni en playas, quedando como único recurso el interior de su domicilio.

Es necesario que los vapeadores tomen en serio estas medidas debido a que su incumplimiento puede acarrear sanciones bastante importantes. En el caso de Andalucía, una sanción por no respetar la prohibición de fumar puede ir desde los 100 euros, si la infracción es leve, hasta los 600 000 si la infracción es muy grave y se pusiera en peligro la salud de un número de personas superior a cien.

Aún quedan rincones donde es posible vapear

Pese a que el vapeo se ha visto sometido a restricciones sin precedentes, aún podemos disfrutar de nuestro cigarrillo electrónico en nuestro domicilio o, dependiendo del territorio, en la calle si se guarda la distancia de seguridad.

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